Uno de los aspectos más polémicos de la construcción en zonas históricas es como se relacionan los edificios nuevos con el contexto, sin embargo la revitalización de estos entornos así como la evolución de las teorías al respecto ya permiten que proyectos como este se den con más frecuencia en nuestras ciudades.
Su validez la determinará el tiempo, pero sin duda son alernativas muy interesantes que dan nueva vida en más de un sentido a los centros históricos. Este proyecto se encuentra en Edimburgo, Escocia, y se llama la Casa Argyll, se encuentra entre dos edificios históricos y pareciera un edificio más grande que está siendo aplastado por estos, o un edificio que trata de salir de su confinada superficie.
Por medio de el contraste llevado casi al extremo, este edificio logra destacar sin por ello ser demasiado agresivo con su contexto. El color, altura y texturas contribuyen a ello, mientras que en su interior la riqueza plástica es por demás atractiva y contemporánea. Color blanco y algunos muros en tono neutro con estampado le dan al edificio un ambiente minimalista, pero cálido y vanguardista a al vez. Cristal y metal, ángulos inusuales y formas "quebradas" le dan un estilo interior único, a la vez que una gran amplitud.
Para ver más imágenes de este proyecto pueden visitar la nota al respecto en Arch Daily, desafortunadamente el blog del despacho creador de este proyecto D-form, está caído.
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