El arte internacional del mexicano Gabriel Orozco

Nativo de Veracruz, pero establecido en Nueva York, Gabriel Orozco es uno de los artistas mexicanos más reconocidos a nivel internacional. Orozco es conocido por crear arte con cosas de nuestro día a día, no importa si es un zapato, una bicileta, hule-espuma, o un tronco abandonado, el los recicla y los convierte en arte al hacer a partir de ellos obras singulares que nos muestran nuevas miradas de aquello que estamos acostumbrados a mirar de una sola manera.

Al usar objetos que nos son a todos cercanos, no hay que ser un conocedor del arte para sentirse atrapado o al menos intrigado por lo que hace Orozco, quien a pesar de manipular nuestra visión de las cosas con su arte no se considera a si mismo un reaccionario ni un líder de opinión, solo alguien que gusta de lo que hace y no gusta de sentirse atado a nada que no sea su libertad de crear.

Orozco gusta de jugar con los conceptos, con ponerlos a prueba, con probarnos como espectadores y cuestionarnos a través de su obra, no solo compuesta de esculturas sino también pinturas y fotografías, muchas veces carentes de sentido a simple vista, pero que guardan un mensaje, una crítica, una burla o juego, si uno las observa con atención.

La obra de Orozco, adorada y criticada, polémica, contradictoria y contundente, todo a la vez, ha estado por todas partes del mundo, y a pesar de que hace poco se estableció en Nueva York para que si uhijo de seis años pueda asistir a la escuela de manera regular, el es tan nómada como su obra, tal vez en parte por su declarada falta de expectativas, y su dejarse llevar, algo que irónicamente lo ha llevado muy lejos y le granjeado el reconocimiento internacional.