poertas

lunes, 16 de julio de 2007

Una vieja herida que sangra, no es tan vieja

Hoy, en el programa HOY, que pasan todas las mañanas después un noticiero que suelo ver, un fulano que siempre empieza el programa enseñando algo de yoga y filosofía de bolsillo, dijo esta frase que, filosofía de bolsillo o no, me hizo pensar: una herida vieja que sangra, no es tan vieja.

Justo en estos momentos en que mi presente me gusta, y mi futuro me entusiasma, una herida del pasado regresa y amenaza con reabrirse. La verdad nunca le cerré como debiera, en vez de ponerle unas buenas puntadas y tomarme unos buenos antibióticos, solo le puse una bandita y me tomé un par de cervezas.

Tardó mucho en cicatrizar y cuando hacía mal tiempo en mi vida el recuerdo la hacía abrirse un poco de nuevo, en le mejor de los casos solo supuraba y me molestaba por días. Con el paso del tiempo las molestias han sido más y más esporádicas, y ahora solo si hago movimientos bruscos de repente siento su presencia como recordatorio de mis batallas de amores. Hace unos días, la voz, los labios que provocaron tan profunda herida han aparecido de la nada, y para sorpresa mía aparte del dolor natural inicial por el golpe en la cicatriz, la herida solo ha supurado unos momentos.

Los días por venir son importantes para mi salud interior, esperemos que la herida no se abra de nuevo, irónicamente alguien para mi banal e intrascendente, aunque sus admiradoras y anuncios de televisión digan lo contrario, me ha dado la pista para entender lo que me pasa... ojala y mi herida en verdad sea vieja, pero el tiempo es tan caprichoso que uno nunca sabe, por si acaso ya me compré unas cervezas y también unos antibióticos, que ninguna precaución está de más cuando se trata del corazón.

1 comentario:

UnaExcusa dijo...

No es tan vieja... pero hay fantasmas que nunca son viejos: sólo aprendemos a convivir con ellos: a que las cicatrices nos piquen, cuando llega el mal tiempo, pero luego vuelvan a su estado indoloro...

El reencuentro es jodido, ya se sabe...