Crónicas de mi yo inferno: ¡Voy a matar a Britney!

Mi yo inferno anda que hecha espuma por la boca desde ayer que entro a Blogalaxia y vió, una vez más, que un blog, otro de tantos, habla de nuevo, para variar, de Britney Spears. Y es que últimamente tal pareciera que esta chica con tan poco cerebro, al menos últimamente, o demasiado cerebro, y quizá por ello todos hablan de ella, solo necesita salir a caminar para ser noticia.

Es verdaderamente patético que medio mundo ande pendiente de cada detalle de su vida, y más patético aún que tantos blogueros, habiendo tantos temas interesantes de que hablar se desvivan por ser los primeros en dar la noticia de que en la más reciente foto de la susodicha parecía tener un moretón, o se le notaba rellenita, o que se veía mal vestida. Y yo se bien que cada quien es libre de hablar de lo que quiera, pero es realmente cansado y a veces hasta triste, desde mi muy personal punto de vista, ver posts y más posts intrascendentes sobre la mentada princesa del pop.

Mi yo inferno al ver uno de esos tantos encabezados absurdos, por no decir que ridículos simplemente estalló:

"¡Estoy hasta la madre de esa pinche vieja, la voy a matar a la cabrona! ¡¡Voy a matar a Britney!! -gritaba hecho un energúmeno- Va a ser la única manera de dejar de verla en todas partes, ¡a mi que carajos me importa si fue al gimnasio, o si no se puso calzón cuando fue a la disco!, ¡¡solo falta que se eche un pedo y por eso salga en las noticias!! ¡Imáginate -me decía- ya hasta yo estoy hablando de ella! ¡Me lleva la chin...! y así se siguió el pobre vociferando y no fue hasta después de media botella de Bacardi, que se calmó un poco: "pinche britney, si no estuviera tan buena te juro que la mataba, me cae que sí."

No se que piense usted, estimado lector, pero yo coincido con mi yo inferno, ya basta de darle tanta importancia a quien no la tiene, y no lo digo por la media botella de Bacardi que me acabo de tomar con él, sino porque en verdad así lo creo, tanto así que si mi yo inferno me pide que lo ayude a cometer el magnicidio, obvio que me niego, pero me cae que ya no lo detengo, en parte porque detenerlo cada vez me sale más caro (el Bacardi no cae del cielo) y en parte porque yo también ya estoy hasta la madre de Britney Spears.